miércoles, 21 de marzo de 2012

Budapest & Viena

A finales de marzo viaje con un amigo 4 días a Budapest. El viaje surgió como un reto y dado que últimamente no me salen muchos planes de este estilo acepte la proposición sin pensarlo mucho.

Una de las ventajas de hacer este viaje con mi amigo Antonio, es que él ya ha estado allí varias veces, y tiene muchísimos conocidos, con lo cual y a pesar de que me gusta muchísimo planificar en detalle todo antes de visitarlo, esta vez me he dejado guiar, y debo dar un sobresaliente a mi guía :) ¡Muchas gracias por llevarme a todos los sitios!

Transporte
Para ir volamos con Wizzair una compañía también de bajo coste que vuela a zonas de Europa del Este. La vuelta fue con Ryanair. Aproximadamente los vuelos nos salieron por 100€.

Alojamiento
A pesar de tener amigos con casa allí, decidimos molestar lo menos posible y coger un hotel céntrico ya que allí, es todo baratísimo. Nos alojamos en el hotel Atrium Fashion Hotel, que se encontraba muy bien comunicado. La habitación estaba limpia, era amplia y el desayuno tenía un poco de todo así que os recomiendo este hotel si alguna vez pasáis por allí.

Budapest I
Budapest es una ciudad divida en dos por el río Danubio. La zona de Pest es la más marchosa y donde se encuentran la mayoría de lugares turísticos. La otra zona conocida como Buda esta en lo alto de la colina y es mas tranquila, pero goza de unas vistas de la cuidad impresionantes.


Nada mas llegar fuimos a la zona de Buda a cenar algún plato típico. Entramos en un restaurante muy chulo, “Bistro Dériné” y pedí "juhtúrós sztrapacska" que estaba de muerte. Además de la cena, pude ver las grandiosas vistas de la cuidad iluminada, y debo decir que me quede con la boca abierta. La primera impresión que me lleve fue impactante, es una ciudad con una iluminación muy currada, todo esta limpísimo y mires donde mires puedes ver algún monumento o lugar de interés.


Tras la cena y las vistas, fuimos a tomar algo, y mi amigo me llevo a uno de sus sitios favoritos "Szimpla". Solo puedo decir que me encanto y es un sitio muy curioso, parece en plan perroflautas pero hay gente de todo tipo, es como una casa con patio donde cada habitación esta ambientada con diferentes motivos, y todo es como reciclado, hay sofás antiguos, mesas en el techo, bañeras antiguas coches abiertos para sentarse… un sitio curioso y que merece la pena visitar. Aunque no era demasiado tarde, la gente iba ya un poco bebida, pero es algo habitual en Europa ya que tienen los horarios diferentes a nosotros. Después nos marchamos a dormir ya que el siguiente día nos esperaba una paliza de viaje.

Viena
El viernes nos levantamos sobre las 7:30 dispuestos a ver todo lo posible de Viena. Recargamos fuerzas desayunando en el hotel, que tenía un buffet bastante variado y cogimos el coche que nos dejaron Peter y Ramona para poner rumbo hacia allí.

Salimos sobre las 8:30 y llegamos allí a las 11, la distancia entre Budapest y Viena son 243km, y aunque las carreteras son buenas y a diferencia de otras ciudades no hay atascos, si que hay diversas limitaciones de velocidad y miles de radares, por lo que nos toco cumplirlo a rajatabla.

Una vez en Viena aparcamos el coche en un parking de la plaza Karsplatz. Decidimos meterlo en el parking porque no hay lugares céntricos donde se pueda aparcar y dado el tiempo limitado que teníamos, era la mejor opción. La plaza es impresionante, ya deja ver la grandeza de Viena, mires donde mires hay algún edificio o monumento. La plaza tiene en uno de sus lados un monumento a la liberación rusa y en el centro una gran fuente.





Tras ello, nos pusimos en busca de el palacio de Belvedere que se suponía estaba cerca de allí, pero no logramos dar con él, así que terminamos encontrándonos con la opera de Viena y en una gran avenida llena de cafés y tiendas. Pudimos ver el famoso hotel Sacher, que es donde comenzaron a fabricarse las riquísimas tartas que llevan su nombre y que por cierto me encantan.

Al final de la avenida de tiendas, se encontraba la catedral de San Esteban. Como suele suceder estaban restaurando la fachada así que las fotos no permiten apreciar la grandeza de esta, además tuvimos la mala suerte de que estaban dando misa y no nos permitieron acceder.


Al salir de la catedral, llegamos a Stephansplatz lugar donde se encuentra el palacio donde vivía Sisi emperatriz, más conocido como Hofburg. La entrada es increíble todo esta inmaculado, muy bien cuidado y es precioso, a mi me hacía mucha ilusión verlo por dentro más que nada porque mi madre es una gran admiradora de Sisi y quería poder relatarle un poco lo que había en su interior. El precio de la entrada de 11€ incluía la visita al palacio, el menaje de Sisi, los establos y algunos de sus vestidos, además de una audio guía en Español. Fue una pena tener solo un día y no poder escuchar la audio guía al completo pero a pesar de ello me gusto muchísimo, pero si no tenéis tiempo, creo que es mejor verlo por fuera y aprovechar mas el día. Saliendo del palacio se ven los jardines (burggarten) y tras ellos se llega a la avenida Ringstrasse en cuyo alrededor esta el edificio de la bolsa, el ayuntamiento (que me recordó mucho al de Bélgica) y el parlamento.

A medio día fuimos a comer en un puestecillo. Creo que fue la mejor opción porque además de aprovechar mas el tiempo, nos ahorramos un dinero ya que Viena si algo tiene es que es bastante caro, como cualquier ciudad europea. Mi amigo eligió una típica salchicha vienesa rellena de queso (3,30€) y yo en cambio me decante por una especie de carne rellena de queso (2,50€) que estaba deliciosa. Para descansar un ratito comimos sentados en el césped de la zona de los museos, porque además tuvimos la gran suerte de tener una temperatura de 23ºC, algo raro en esta ciudad para estas fechas y más cuando en Madrid estaba nevando.




Después de comer volvimos a una calle llena de tiendas, porque si algo hay en Viena son tiendas de marca, Zara, H&M… allí cogimos el metro para llegar al palacio de Schönbrunn, que está algo más alejado del centro. La entrada al palacio era de 25€ y dado el escaso tiempo que teníamos y las recomendaciones de las guías decidimos verlo únicamente por fuera. Solo por fuera puedes hacerte una idea de la de habitaciones que tiene, porque tiene unas cuantas. Tiene un jardín enorme y las vistas subiendo a la colina no tienen precio.


De vuelta al centro de la cuidad, fuimos a ver el último de los palacios importantes de Viena, Belvedere. Nos costó un rato acceder a él además de tener que subir una cuesta tremenda, pero mereció la pena. Nuevamente decidimos verlo por fuera ya que la entrada eran 15€ y ya estábamos reventados de tanto andar. Este palacio da la sensación de ser más pequeño, pero en su interior tiene muchos jardines y fuentes (que estaban vacías).

Para terminar nuestra visita a Viena fuimos a hacer unas compritas y a tomar una tarta Sacher en una terracita. La primera donde nos sentamos era super cara, la tarta 4€ y un té también… increíble, decidí levantarme y al final entre unas cosas y otras termine tomándome una tarta en un sitio más caro por falta de tiempo.

Tras ello volvimos a la plaza de Karsplatz a recoger el coche, y cual fue nuestra sorpresa al comprobar que solo nos cobraban 7€… igualito que en Madrid.

Budapest II
Sobre las 21:30h llegamos a Budapest, y aprovechando que era de noche y toda la rivera del Danubio estaba iluminada subimos a la Citadela para ver las vistas de la cuidad. Solo puedo decir que es precioso!!! Mirar vosotros mismos.


En agradecimiento a los amigos de Antonio, les invito a cenar a un restaurante italiano que está en la zona de Buda, y después salimos de fiesta por Budapest a probar el licor típico de allí “Palinka” un aguardiente de frutas con o sin miel, que esta fuertísimo XD, la verdad que no me gusto nada y no llego a entender como la gente puede beber eso.



El sábado decimos visitar Budapest, así que nos levantamos sobre las 8:30 y pusimos rumbo a la ribera del Danubio. Cruzamos el puente de Elisabeth donde pudimos ver las vistas de la ciudad, esta vez de día y el parlamento que desde ese puente es lo que más destaca.






Tras llegar a la orilla pudimos ver algunos museos y llegamos por fin al parlamento, donde había una visita guíada en inglés gratuita, pero no estaba disponible hasta las 15:45, así que decidimos coger las entradas, volver mas tarde y seguir recorriendo la ciudad.







Andando llegamos a la basílica de San Esteban, cuya entrada me recordó mucho a la del Pilar en Zaragoza. Entramos dentro pero nuevamente como en Viena volvimos a encontrarnos con la misa y solo pudimos acceder a la entrada y poco más.

Después fuimos a ver el famoso puente de las cadenas, y de allí a ver el mercado central donde comí en uno de los puesto otra de las comidas típicas de allí el “langos” que es una especie de crepe o pizza frita en aceite con queso, jamón y la típica salsa agría, y están buenísimos además llenan un montón y salen muy bien de precio creo que no llegaba a los 3€.



De postre fuimos a una especie de pastelería que hace unos bollos típicos de allí los “kurtos kalacs” que es un rollito de bollo con canela o lo que tu quieras ponerle parecido a los antiguos canelroll que vendían en ParqueSur. Merece la pena probar ambas cosas y sobretodo ver la elaboración del postre que elaboran en una especie de parrilla.


Tras comer cruzamos nuevamente el río para acceder a la zona de Buda, primera pudimos divisar los famosos baños Gellert que son los que salen en el anuncio de Danone y allí cerca entrar en la iglesia rupestre que estaba recomendada en mi guía por estar cavada en una piedra, y que realmente me decepciono muchísimo, por fuera las vistan están bien pero no merece la pena pagar por verla ya que sinceramente parece recién cavada y no de la época antigua.


Luego subimos a ver el castillo de Buda y la zona que hay arriba de la colina. Podíamos subir en un fonicular pero el precio era desorbitado para unos segundos de duración así que tomamos un autobús que nos salió gratis con el abono de día que habíamos comprado por la mañana.

Toda la zona que rodea al castillo tiene muchos detalles y muy buenas vistas, pero sin duda las mejores están en el bastión de los pescadores y muchísimo mas al atardecer como fue en nuestro caso.





También lo alto de la colina se encuentra la iglesia de San Matías, esta solo pudimos verla por fuera ya que era tarde y estaba ya cerrada, con lo que decidimos parar a tomar algo en un café de allí. Nos sentamos en el Café Miro y yo tome un postre también típico de allí el Strudel de amapolas, que estaba muy dulce pero riquísimo.



Después del pequeño descanso me empeñe en entrar en el laberinto que hay debajo del castillo, ya que la guía que había leído contaba que era muy chulo entrar por la noche para ir con una candil y darle mas emoción. Mi amigo que ha estado varias veces no lo conocía pero como soy muy empeñada entramos. Fue una de las atracciones más caras casi 7€ y sinceramente me decepciono mucho, es un laberinto donde hace frio y humedad, no se ve un pijo ni con la lámpara y lo poco que hay que ver son piedras, y encima pase hasta miedo.

Para terminar el día fuimos a cenar con Ramona al restaurante “Oliva” que está en la zona pija de allí, y donde comí una carne riquísima con patatas gratinadas por un precio muy barato también. Después nos fuimos de fiesta a una discoteca de allí, que tenía una pinta super pija, y donde flipamos con el espectáculo, las húngaras son guarrillas de cojones jajaja… pero mejor juzgar vosotros cuando vayáis allí.


Nuestro último día también madrugamos ya que nos quedaban algunas cosas por ver y hacer antes de coger el vuelo. Lo primero que hicimos fue visitar la Sinagoga ya que es una de las más grandes de Europa. El precio eran aproximadamente 6€ con carnet de estudiante y bueno aunque es un poco caro, además de la Sinagoga se puede visitar un museo del Holocausto, las tumbas, monumentos… No puede verlo con calma porque teníamos prisa y además había un grupo de escolares que impedían verlo todo pero creo que merece la pena verlo.






Luego quedamos con Peter y Ramona para ir la zona de los baños donde visitamos la plaza de los héroes y el parque de la cuidad, además de aprovechar para tomar el ultimo langos del viaje :)


Finalmente terminamos nuestra visita en los baños termales de Szechenyi, uno de los mayores balnearios de la cuidad. Alucine con los baños, primero accedimos a la parte de fuera donde había ters piscinas enormes, dos de ellas termales y una para natación. Tuvimos mucha suerte ya que la temperatura exterior era muy buena, pero es que además el agua esta a 28ºC !!! En una de las piscinas hay un jacuzzi y alrededor un circulo donde el agua te va llevando sola a su alrededor mola muchísimo me lo pase como una enana. Después entramos a la sauna, el a baño turco y algunas de las piscinas que hay en el interior de aguas con sales, yodo… Recomiendo visitar este baño y pasar al menos un par de horas.


Y así termina mi viaje, una visita estupenda, buena gente, barato y precioso, un lugar donde volver. Además he tenido un guía que ya quisiéran muchos, gracias Antonio :)